Cómo hacer jabón líquido en casa con ingredientes naturales

¿Hay una botella de jabón líquido en tu cuarto de baño? Parece sencillo, pero la lista de ingredientes suele contar otra historia. Las fragancias sintéticas, los detergentes y los conservantes son sustancias que no siempre son delicadas con tu piel. Hacer tu propio jabón líquido en casa cambia eso. Tú decides lo que contiene, desde aceites naturales suaves hasta fragancias calmantes, y dejas fuera los aditivos innecesarios. En este blog, te explicamos cómo puedes hacer jabón líquido en casa con ingredientes naturales para crear una alternativa más segura y personalizada para el uso diario.

¿Por qué hacer tu propio jabón líquido?

Hacer tu propio jabón natural en casa tiene muchas ventajas. En primer lugar, puedes ver lo que contiene tu jabón, para no utilizar productos químicos sintéticos innecesarios. Puedes utilizar aceites suaves que limpian y nutren la piel en lugar de tensioactivos agresivos. Por ejemplo, el aceite de oliva es conocido por sus propiedades hidratantes y el aceite de coco proporciona una espuma espesa que limpia la piel sin eliminar los aceites naturales.

Hacer tu propio jabón líquido también es bueno para el medio ambiente. Necesitas utilizar menos envases de plástico de un solo uso cuando haces tu propio jabón, ya que puedes rellenar los dispensadores varias veces con el mismo lote. Esto genera muchos menos residuos a largo plazo y hace que tu casa sea más respetuosa con el medio ambiente. Otra ventaja es que es rentable. Al principio, puede parecer una inversión comprar los ingredientes y los suministros, pero un lote de jabón dura meses, así que a la larga es mucho más barato que comprar productos comerciales una y otra vez. Y además de la practicidad, también está la creatividad. Puedes diseñar un jabón que se adapte completamente a ti, ya sea una fórmula con aroma a lavanda para las noches tranquilas, una mezcla refrescante de cítricos para las mañanas o una versión sin perfume para la piel sensible.

La ciencia del jabón líquido

Conocer los fundamentos de la fabricación de jabón te facilitará el aprendizaje de la fabricación de jabón líquido. La saponificación es la reacción química que produce el jabón. Esta reacción tiene lugar cuando se mezclan aceites o grasas con un álcali, creando jabón y glicerina. El hidróxido de sodio (NaOH) se utiliza para hacer jabón en trozos, lo que produce un producto duro y sólido. El hidróxido de potasio (KOH) se utiliza para hacer jabón líquido, con lo que se obtiene una pasta más blanda que se disuelve en agua y se licua. Las distintas cantidades de álcali en el jabón líquido le dan su textura única.

El jabón funciona a nivel molecular porque tiene dos extremos: uno que atrae el agua y otro que atrae el aceite. El lado del jabón que atrae el aceite se adhiere a la suciedad y la grasa, mientras que el lado que atrae el agua lava esas partículas. El jabón es una de las herramientas más importantes para la higiene y la salud de la piel, por su acción sencilla pero eficaz.

Ingredientes necesarios

Los ingredientes que elijas tienen un gran impacto en la calidad de tu jabón líquido. Los aceites base son la parte más importante de tu fórmula, y cada aceite añade sus propias propiedades únicas. El aceite de oliva hace que el jabón sea suave e hidratante, el aceite de coco lo hace más limpio y espumoso, y el aceite de ricino lo hace más cremoso y evita que revienten las burbujas. Algunas personas añaden también aceites como el de jojoba o girasol para que el jabón sea más nutritivo y equilibrado.

Además de aceites, también necesitas hidróxido potásico (KOH). Se necesita para el proceso de saponificación, que convierte los aceites en pasta de jabón. Compra siempre hidróxido potásico que sea seguro para su uso en cosméticos o alimentos, ya que la pureza es importante. El agua destilada es la mejor opción para la parte líquida, ya que los minerales del agua del grifo pueden interferir en el proceso y enturbiar el jabón. Una vez que domines lo básico, puedes añadir cosas como aceites esenciales para la fragancia, extractos de hierbas para la piel o colorantes naturales como la cúrcuma, la remolacha en polvo o la espirulina para dar un aspecto diferente a tu jabón líquido.

Herramientas y suministros

Para hacer tu propio jabón líquido necesitas unas cuantas herramientas clave, que hacen que el proceso sea más fácil y seguro:

  • Una balanza digital que te permita pesar con precisión los aceites y la lejía.
  • Una sartén de acero inoxidable o una olla de cocción lenta para calentar y cocer la pasta de jabón.
  • Una batidora de mano para mezclar los aceites y la lejía.
  • Por seguridad, utiliza guantes, gafas protectoras y delantal.
  • Un termómetro para controlar la temperatura.
  • Cuencos para mezclar que no se derritan y una cuchara o espátula resistente.
  • Limpia las botellas o dispensadores para contener el producto acabado.

Una vez que tengas este material, podrás hacer mucho jabón con él, así que es una buena inversión.

La seguridad ante todo: cómo tratar la lejía

Recuerda que la lejía, o hidróxido potásico, es muy cáustica. La seguridad debe ser siempre lo primero, ya que puede causar quemaduras si se utiliza incorrectamente antes de la saponificación. Lleva siempre guantes y gafas de seguridad cuando trabajes con lejía y asegúrate de que la habitación está bien ventilada. Añade siempre lejía al agua, nunca al revés. Si lo haces, puede producirse una reacción violenta y la lejía puede salpicar. Cuando termina la reacción, ya no hay lejía en tu jabón; está completamente neutralizado y cambiado. Sin embargo, ten cuidado al prepararlo y no lo dejes desatendido cerca de niños o mascotas.

Guía paso a paso para hacer jabón líquido

Medir y calentar los aceites

Empieza pesando cuidadosamente los aceites elegidos con una balanza digital. Es importante ser preciso al hacer jabón, ya que incluso los pequeños errores pueden desequilibrar la balanza. Pon los aceites en una olla de cocción lenta o en una cacerola grande y caliéntalos lentamente hasta que estén totalmente derretidos y mezclados.

Preparación de la solución de lejía

En otro recipiente inastillable, mezcla lentamente el hidróxido potásico con el agua destilada. Sigue removiendo hasta que la solución sea transparente. Se calienta rápidamente, así que deja que se enfríe un poco antes de pasar al siguiente paso.

Mezclar aceites y lejía

Cuando ambas mezclas estén listas, vierte con cuidado la solución de lejía en la cacerola con aceites calientes. Utiliza una batidora de mano para batir hasta que la mezcla se espese y adquiera una consistencia parecida a la del pudin, también conocida como “traza”. Esto indica que se ha completado el primer paso de la emulsión.

Cocinar la pasta de jabón

Tapa el cazo y deja que la mezcla cueza lentamente a fuego lento durante tres o cuatro horas, removiendo de vez en cuando. La mezcla acabará convirtiéndose en una pasta de jabón transparente. Debes ser paciente en este punto, ya que la pasta debe estar totalmente cocida antes de poder continuar.

Diluye la pasta

Para convertir la pasta en jabón líquido, añade lentamente agua destilada caliente mientras remueves hasta que la pasta esté completamente disuelta. El espesor al final depende de la cantidad de agua que utilices. A algunas personas les gusta un jabón más espeso y gelatinoso, mientras que otras prefieren un jabón más ligero y líquido. Ajústalo según sea necesario.

Añadir fragancia y toques finales

Cuando el jabón se haya enfriado un poco, puedes añadir extractos de hierbas, aceites esenciales para perfumar o colores naturales. Mezcla bien para asegurarte de que todo se distribuye uniformemente. Por último, vierte el jabón líquido en botellas o dispensadores limpios.

Personaliza tu jabón líquido

Hacer jabón natural es divertido porque puedes hacerlo completamente a tu gusto. Si tienes la piel seca, añade más aceite de oliva o manteca de karité para que el jabón sea más hidratante. Si tienes la piel grasa o sufres acné, puedes añadir más aceite de coco y aceite del árbol del té. El aceite de árbol de té es bueno para eliminar las bacterias. Si tienes niños o una piel muy sensible, es mejor utilizar una receta sencilla y aceites suaves en lugar de fragancias fuertes. Con el tiempo, descubrirás qué combinaciones te funcionan mejor y podrás crear tu propia receta.

Resolver problemas comunes

Si haces jabón líquido por primera vez, es normal que te encuentres con algunos problemas. Si tu jabón está turbio, quizá sólo necesite más tiempo para asentarse o haya que diluirlo mejor. Si el jabón parece demasiado fino, añade menos agua al diluirlo. Si el aceite empieza a separarse, vuelve a batirlo todo con la batidora de mano hasta que la mezcla esté estable. Si percibes un fuerte olor a lixiviado, deja el jabón más tiempo. Esto suele significar que el proceso de saponificación aún no se ha completado. Con algo de práctica, estos problemas serán más fáciles de detectar y solucionar.

Los beneficios del jabón líquido casero

Hacer jabón líquido no es sólo una forma de limpiarte, sino que también demuestra que valoras los ingredientes naturales, la sostenibilidad y la creatividad en tu vida. El jabón líquido que haces tú mismo no contiene aditivos innecesarios, es más seguro para la piel sensible y se puede personalizar mucho mejor que el jabón comprado en la tienda. También es una buena opción para el medio ambiente, ya que reduce los residuos plásticos y los daños al entorno. Por último, da una sensación de empoderamiento: puedes estar orgullosa de cada botella que hagas porque sabes que la has hecho tú misma.

Preguntas más frecuentes

V1. ¿Es posible hacer jabón líquido sin lejía?

No. La lejía es necesaria para saponificar todos los jabones. Si no quieres entrar en contacto directo con la lejía, puedes utilizar bases de jabón listas para usar.

V2. ¿Cuánto dura el jabón líquido casero?

Si lo guardas en un recipiente limpio y hermético, se conservará hasta un año. Si le añades antioxidantes naturales, como la vitamina E, se mantiene fresco más tiempo.

V3. ¿Es seguro para los niños el jabón líquido casero?

Sí, pero sólo si utilizas aceites suaves y evitas las fragancias fuertes. Prueba siempre el producto en una pequeña porción de piel antes de utilizarlo regularmente.

Conclusión: empezar a hacer jabón

Hacer jabón líquido en casa es más que divertido. Puedes regular el cuidado de tu propia piel, reducir el impacto medioambiental y fabricar un producto que se ajuste a tus valores. Con un poco de paciencia y unos pocos ingredientes cotidianos, como aceites simples e hidróxido potásico, puedes hacer un jabón suave, ecológico y completamente único.

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