Hacer tu propio maquillaje es una actividad creativa y apasionante. Con pigmentos, aceites y unos pocos suministros básicos, puedes desarrollar en casa fórmulas únicas que se adapten totalmente a tu estilo. Pero fabricar maquillaje es mucho más que experimentar con colores y texturas. Cuando quieras compartir tus creaciones con los demás o incluso venderlas, tendrás que cumplir una normativa estricta. Esto se debe a que Europa se rige por la normativa sobre maquillaje de la UE, cuyo objetivo es garantizar que todos los cosméticos del mercado sean seguros.
Un elemento central de esa normativa es la evaluación de seguridad de los cosméticos de la UE, también llamada CPSR (Informe de Seguridad de los Productos Cosméticos). En el caso de las bases de maquillaje, este informe es especialmente importante, ya que se utilizan a diario y a menudo entran en contacto prolongado con la piel. Por tanto, un informe de seguridad de las bases de maquillaje es indispensable para comercializar legalmente un producto. En este artículo, veremos por qué es tan importante este informe, qué papel desempeñan los pigmentos, qué contiene exactamente un CPSR y cómo puedes tenerlo en cuenta tú, como fabricante de bricolaje.
Por qué las fundaciones se evalúan de forma más estricta
La base de maquillaje y otros productos de maquillaje se encuentran entre las categorías más sensibles de la industria cosmética. Mientras que un champú o un gel de ducha se aclaran al cabo de unos minutos, la base de maquillaje suele permanecer en la piel de 8 a 12 horas al día. Además, se utiliza a diario y siempre en las mismas zonas del rostro. Esto significa que la piel está expuesta repetidamente a los mismos ingredientes durante largos periodos de tiempo.
Precisamente por eso, la normativa sobre maquillaje de la UE pone el listón muy alto. La evaluación de seguridad de los cosméticos de la UE tiene en cuenta factores como la duración del contacto con la piel, la frecuencia de uso, el tamaño de la zona de aplicación y la posible exposición acumulativa a lo largo de varios años. Suena estricto, pero este planteamiento protege a los consumidores de irritaciones, alergias y efectos adversos que podrían tardar mucho tiempo en aparecer.
Pigmentos: el núcleo y el reto
Los pigmentos son indispensables en las bases y el maquillaje. Proporcionan color, cobertura y, a menudo, el carácter visual del producto. Sin embargo, también son el mayor reto en cuanto a seguridad. Dentro de la normativa sobre maquillaje de la UE, sólo se permiten los pigmentos enumerados en el anexo IV del Reglamento (CE) nº 1223/2009. Muchos pigmentos que pueden utilizarse sin problemas en otras partes del mundo están prohibidos o sujetos a condiciones estrictas en la UE.
Además, los pigmentos pueden contener impurezas de forma natural. Por ejemplo, trazas de metales pesados como plomo, cadmio o mercurio. No se añaden intencionadamente, sino que aparecen como subproductos en el proceso de producción. La evaluación de seguridad de los cosméticos de la UE exige que estas impurezas se reduzcan al mínimo. En un informe de seguridad de las bases, el productor debe poder demostrar que los valores son “tan bajos como sea técnicamente posible”. Esto se hace con pruebas de laboratorio, análisis de lotes y certificados de los proveedores.
Por eso, para los creadores de bricolaje que experimentan en casa, es aconsejable utilizar siempre pigmentos específicos para uso cosmético. En YouWish encontrarás pigmentos que cumplen las normas de la UE, para que puedas trabajar en tus propias recetas sin preocupaciones.
El informe de seguridad de los cimientos en detalle
Un CPSR consta de dos partes principales. La primera parte contiene toda la información sobre la composición del producto. En ella se describen los ingredientes, sus propiedades, la estabilidad microbiológica y la información sobre el envase. Para las bases, también es esencial añadir los datos de exposición. Piensa con qué frecuencia se utiliza el producto, qué cantidad se aplica cada vez y en qué partes del rostro. Así que esta primera parte es una base de datos exhaustiva que contiene todos los detalles relevantes.
La segunda parte del informe la redacta un evaluador de seguridad cualificado. Puede ser un toxicólogo o un farmacéutico con experiencia reconocida en cosméticos. Este experto evalúa la información recogida y extrae una conclusión sobre la seguridad del producto. Sin esta conclusión firmada, el producto no se autoriza en el mercado europeo. Un informe de seguridad de las bases es, por tanto, la confirmación oficial de que un producto cumple la normativa sobre maquillaje de la UE y es seguro para el uso diario.
Etiquetado y transparencia
Además del contenido del propio producto, el envase también es importante. La normativa sobre maquillaje de la UE exige que todos los ingredientes estén etiquetados según la denominación INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos). Además, los alérgenos que se presenten por encima de determinados valores deben figurar por separado. Para los productos con una caducidad inferior a 30 meses, es obligatoria una fecha de caducidad; para todos los demás productos, debe utilizarse un símbolo que indique durante cuánto tiempo puede utilizarse el producto una vez abierto.
Se aplica una norma especial a las bases y maquillajes con múltiples tonos. En este caso, los fabricantes pueden utilizar la mención “puede contener” seguida de una lista de los pigmentos presentes en las distintas variantes. Esto evita tener que imprimir una etiqueta distinta para cada tono, al tiempo que permite a los consumidores ver claramente qué pigmentos puede contener el producto. Este componente también forma parte de la evaluación de seguridad de los cosméticos de la UE, ya que contribuye directamente a la transparencia y la seguridad para el usuario.
Qué pueden hacer los fabricantes de bricolaje
Para muchos creadores de bricolaje, esto puede parecer abrumador. Al fin y al cabo, lo que quieres es desarrollar bellos colores y finas texturas, no normativas. Sin embargo, hay formas de combinar tu proceso creativo con los requisitos de la ley.
El primer paso es trabajar con ingredientes seguros y trazables. Los pigmentos de calidad cosmética son esenciales, porque sólo con ellos puedes estar seguro de que tus fórmulas se ajustan a la normativa sobre maquillaje de la UE. Además, ayuda llevar un buen registro de tus recetas. Registra las cantidades, los ingredientes y las observaciones, para que siempre puedas echar la vista atrás y tener una base sólida en caso de que alguna vez tengas que preparar un informe oficial sobre la seguridad de las bases.
La higiene es otro punto que a menudo se subestima. Trabaja limpio, utiliza agua destilada y esteriliza tus herramientas. Esto evitará problemas microbiológicos y facilitará el cumplimiento posterior de los requisitos de una evaluación de seguridad de los cosméticos de la UE. Por último, es inteligente comprobar la estabilidad de tus lotes. Comprueba si el color o el olor cambian con el tiempo y anota los resultados. Puede parecer sencillo, pero es exactamente este tipo de datos lo que necesita un evaluador de seguridad.
Una inspiración DIY: base de maquillaje mineral
Para concretarlo, puedes, por ejemplo, intentar hacer una sencilla base de maquillaje mineral en casa. Mezcla micas cosméticas, dióxido de titanio y óxidos de hierro para crear un tono que se adapte a tu tono de piel. Jugando con la proporción, conseguirás la cobertura y el subtono adecuados. ¿Quieres un poco más de cuidado? Entonces añade una gota de aceite de jojoba para mejorar la adherencia. Guarda tu mezcla en un tarro bien cerrado y prueba cómo se comporta sobre la piel.
Este tipo de experimentos te dan, como fabricante, una idea de cómo funcionan juntos los pigmentos y qué efectos puedes conseguir. Pero en cuanto quieras utilizar o vender estos productos fuera de tu propio cuarto de baño, deberás elaborar un informe oficial de seguridad de las bases. Sólo entonces cumplirás los requisitos de la normativa sobre maquillaje de la UE y se te permitirá comercializar legalmente tu producto.
Requisitos CPSR para bases y maquillaje
Parte A: Información sobre la seguridad del producto
El Informe sobre la Seguridad de los Productos Cosméticos (ISPC) consta de dos partes: la Parte A se centra en la recopilación de todos los datos sobre la seguridad del producto. Esto incluye:
- Composición completa: el desglose cuantitativo y cualitativo de los ingredientes. Para las bases de maquillaje, esto suele significar emulgentes, humectantes, conservantes y mezclas de pigmentos complejos.
- Propiedades físicas y químicas: datos sobre estabilidad, solubilidad y posibles interacciones entre los ingredientes.
- Calidad microbiológica: prueba de que el producto es resistente a la contaminación microbiana durante toda su vida útil y en condiciones normales de uso.
- Impurezas, trazas e información del envase: en el caso de los productos pigmentados, esto significa realizar pruebas para detectar metales pesados como plomo, cadmio, arsénico y mercurio, y comprobar que los niveles están dentro de los límites de seguridad.
- Uso normal y previsible: datos sobre la frecuencia de aplicación del producto, la cantidad utilizada y las principales vías de exposición.
La Parte A depende en gran medida de las pruebas de laboratorio y de una documentación precisa. Especialmente en el caso de los productos de maquillaje, los cálculos de exposición cutánea son cruciales, ya que estas fórmulas permanecen en la piel durante muchas horas seguidas. Los evaluadores de seguridad aplican valores de superficie estándar del Comité Científico para la Seguridad de los Consumidores (CCSC) para confirmar que el margen de seguridad sigue siendo aceptable para los consumidores.
Parte B: Evaluación de la seguridad y conclusión
La Parte B del CPSR sólo puede ser cumplimentada por un evaluador de seguridad cualificado, normalmente un toxicólogo o farmacéutico con cualificaciones reconocidas. Su función es evaluar cuidadosamente los datos recogidos en la Parte A y emitir un dictamen profesional sobre la seguridad del producto.
Esta evaluación abarca cuestiones críticas como si las impurezas de metales pesados están bajo control, si la exposición diaria repetida se mantiene dentro de los límites de seguridad y si determinados pigmentos de las bases pueden plantear riesgos de sensibilización. La conclusión firmada del evaluador constituye la base legal para la autorización de comercialización del producto. Sin una Parte B válida, ningún producto de maquillaje puede comercializarse legalmente en la UE.
Preguntas más frecuentes
P1: ¿Necesita cada color de maquillaje su propio CPSR?
No siempre. Un único CPSR puede ser suficiente si la fórmula básica sigue siendo la misma y sólo cambian los pigmentos. Sin embargo, se necesitan CPSR independientes si los pigmentos plantean nuevos problemas toxicológicos.
P2: ¿Qué significa la frase “Puede contener:” en la etiqueta de un cosmético?
Sin imprimir listas separadas para cada SKU, los fabricantes pueden enumerar los pigmentos posibles para todos los tonos, lo que aporta transparencia. La lista sólo es válida si todos los pigmentos de la lista están permitidos según el Anexo IV.
P3: ¿Deben analizarse los cimientos de la UE para detectar metales pesados?
Sí. Las impurezas en los pigmentos deben mantenerse “tan bajas como sea técnicamente factible”, pero las adiciones intencionadas están prohibidas. El CPSR prevé análisis de laboratorio.
P4: ¿Puede contener nanomateriales mi producto de maquillaje?
Sí, pero sólo después de que se indique y marque específicamente como “(nano)”. Según las directrices del SCCS, se requiere una evaluación exhaustiva de la seguridad.
P5: ¿Cuánto tiempo debe conservarse el expediente de información sobre el producto (PIF)?
Una vez comercializado el último lote del producto en la UE, la persona responsable debe conservar el PIF durante 10 años.
Conclusión
Fabricar tu propio maquillaje es un viaje creativo en el que descubres colores, texturas y fórmulas. Pero quienes quieran ir un paso más allá y compartir o vender sus productos deben tener en cuenta la ley. La normativa sobre maquillaje de la UE exige que todos los productos se sometan a una evaluación oficial de seguridad de los cosméticos de la UE y que se disponga de un informe completo de seguridad de las bases.
Puede parecer complicado, pero el objetivo es claro: proteger a los consumidores y garantizar la calidad de los cosméticos. Para los fabricantes de bricolaje, esto significa dar pasos en la dirección correcta desde tus primeros experimentos, trabajando con ingredientes seguros, llevando un registro cuidadoso de las recetas y trabajando de forma higiénica.
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