Esta receta de jabón de leche de cabra y avena con coco y aceite de oliva es un jabón nutritivo e hidratante perfecto para quienes tienen la piel seca o sensible. Estos ingredientes crean un jabón que no sólo limpia la piel, sino que también la nutre y la protege.
Ingredientes
- 454 g de leche de cabra congelada, cortada en trozos
- 425 g de aceite de coco
- 850 g de aceite de oliva
- 182 g de lejía
- 1/4 de taza de avena (molida en el robot de cocina hasta hacerla polvo) en un molde forrado
Instrucciones:
Paso 1: Mide tus aceites, asegurándote de que estén completamente derretidos, y combínalos en una olla. Si tu aceite de coco está almacenado a temperatura ambiente, lo más probable es que tengas que derretirlo. Utilizamos una caldera doble en la cocina. Remover acelerará el proceso de fusión una vez en marcha.
Paso 2: Mide la leche de cabra congelada en un cuenco, tara la báscula y, a continuación, añade la medida correcta de lejía sobre la leche de cabra congelada. Remueve con un utensilio no reactivo (inoxidable o de silicona) hasta que la mezcla esté homogénea. (congelar la leche ayuda a evitar que el calor de la reacción lejía/líquido queme los azúcares de la leche)
Paso 3: Combina la solución de lejía y los aceites derretidos, con MUCHO cuidado de no salpicar.
Paso 4: Mezcla con una batidora de varillas hasta conseguir un “rastro”. Trazar es cuando la mezcla alcanza un espesor similar al del pudin y puedes ver el recorrido que hace tu batidora por la mezcla durante más de unos segundos. Si tomas la temperatura cuando empiezas a mezclar, deberías ver que sube unos 4-5 grados cuando llegues a la traza. Ten cuidado de no sobrepasar demasiado la traza o tu jabón podría tener problemas para solidificarse.
Paso 5: Cuando la mezcla haya alcanzado el punto de traza, incorpora suavemente la avena molida en polvo y viértela en el molde forrado.
Paso 6: Deja que el jabón se solidifique durante 24-48 horas antes de sacarlo del molde y cortarlo en pastillas.
Paso 7: Coloca las barras en la caja que utilizaste anteriormente como molde y déjalas curar en un lugar bien ventilado durante 3-4 semanas. Durante este tiempo, las pastillas seguirán endureciéndose y terminarán de saponificarse, asegurando que no quede lejía en tu jabón.
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